Misionero en México (1983-1996)
En la historia de los Siervos de la Caridad, 1983 será recordado como el año de la reanudación de la expansión, detenida desde hacía más de un década después de la llegada a España e Israel. Se hizo posible gracias a la respuesta libre y generosa de numerosos cohermanos que aceptaron hacerse cargo de dicha empresa. Entre ellos, no pudo faltar padre Pedro.
Aquel año como fruto de la visita del papa Juan Pablo II a la Casa San José de Aurelia Antica en Roma, el 28 de marzo de 1982, desde Ciudad de México una asociación de padres de chicos discapacitados escribió a los Siervos de la Caridad invitándolos a surcar el atlántico para abrir una obra en su tierra y hacerse cargo de sus hijos. Al Consejo general le pareció que esa carta mexicana llevase una de esas llamadas especiales que padre Guanella consideraba que venía de la Providencia.