UN CANTO PARA LUIS
La biografía de san Luis Guanella se puede resumir en dos líneas: un sacerdote, en el hondón de su alma, siente la voz del Señor que le invita a reconocerle como ‘Padre’ y a hacer un poco de bien a los más pobres. Se pasó media vida luchando contra sí y contra el mundo por seguir esta llamada. Y lo consiguió, a pesar de que le consideraran un loco con pájaros en la cabeza y soberbia en el alma. Lo demás es material común a todos los santos: una fe inquebrantable en Dios y un amor sin desmayos por los más necesitados.
Pero los santos dejan huellas, lanzan preguntas como dardos, arrastran como torbellinos y sacian como agua fresca. Y también inspiran existencias. Y obras de arte. Y versos y músicas. Éste es el caso.
A través de los textos de este manojo de canciones, que unos cuantos frailes guanelianos han compuesto, se puede recorrer la andadura fascinante de este nuevo santo, italiano por su nacimiento y universal por su misión.
‘Amar sin medida’ es resumen de una vida, gozo por haber compartido el pan y el fuego, y respuesta de manos que se ofrecen.
Aquella ventana que el buen Guanella hizo abrir en su habitación y que daba a la capilla, y desde la que él podía ver a cualquier hora del día el sagrario, inspira el canon ‘Tú eres, Señor, el pan de vida’, salmodia y estribillo envolventes.
‘La fuerza de la debilidad’ es paradoja inquietante, rayo que destruye nuestro sistema de des-vida y de antivalores. Hermosos versos para resumir esa visión guaneliana que nos advierte que todo es apariencia y engaño en este mundo que es nonada: lo fuerte se encuentra en lo débil, la herida sana y la cruz nos desclava de la muerte. El débil mental y el enfermo tienen una fuerza misteriosa que deja desnudos y a la intemperie a quien huye de ellos, y viste de paz y de gozo a quienes los abrazan y los besan.
La fatiga, el trabajo, el quehacer, el cansancio, la rutina y el agobio son inseparables compañeros del vivir cotidiano. Y cada uno experimenta esta ceniza y esta tristeza de vivir desde laudes hasta completas. Sólo la consciencia de que un ‘Amigo bueno’, de nombre Jesús, es compañero y compañía, puede tornar soportable, lo insoportable, y vivible, lo invivible.
Surge así, espontáneo, el deseo de estar ‘Contigo’, de navegar ‘contigo’, pues sólo así no nos desentenderemos de las historias de los que más necesitan nuestro amor.
Pero ‘El amor tiene que doler’. Para ser auténtico tiene que doler. Como le duele al grano de trigo pudrirse en la tierra. Como le duele al cireneo cargar el leño. El amor que verdaderamente nos interesa, nos dolerá como las heridas del corazón o las llagas del alma. Para ‘hacer el bien, es preciso subir al Calvario’, repetía san Guanella.
Olmo es un lugar de la geografía italiana. Un pueblecito aislado en la montaña. Luis Guanella fue desterrado a Olmo, para que se olvidase de sus ‘sueños de fundar’. Le enviaron a Olmo para castigarle. Dijeron: ‘allí se sentirá sólo, humillado, apartado y abandonado’. Pero en Olmo, Luis Guanella recibió el premio gordo de su vida: sentir que Dios le estrechaba entre sus brazos con la dulzura de una madre y la fuerza de un padre. Olmo, asimismo, es un estado del alma. En Olmo encontraremos consuelo y la fuente del más puro amor. También susurros de ‘espera y verás’.
Es natural que después de Olmo, llegue la profesión de fe de Luis Guanella: “Tú eres un padre de verdad”. Himno, alabanza, trompeta al viento, eureka guaneliano, descubrimiento y hallazgo: Tú eres la fuerza de los débiles y su pan.
Y cuando las fundaciones crecían y se multiplicaban. Y la fama del bienhechor de la humanidad cruzaba el lago, los montes y los mares... Y cuando las gracias y los parabienes subían como la espuma, Luis Guanella se puso muy serio: È Dio che fa. Breve y conciso. No soy yo el que doy de comer a los hambrientos, enseño el alfabeto a los ignorantes o empujo la silla de ruedas de los buenos hijos. Dios es quien actúa. Dios alimenta, instruye, da cobijo y sana. “Yo sólo soy un pobre cura, un pobre montañés, que no valgo para nada. È Dio che fa”. Y sin embargo nos ofreció un consejo, un mandato, uno solo: “En todo lo que hacéis, poned un poco de amor”. En latín, suena así: ‘In ómnibus charitas’, y fue el programa de su vida, y, al final, el lema de su blasón.
‘Todo me lo has dado Tú’ es un canto a la Providencia, pero también la conciencia de la propia inutilidad, de la propia finitud. Apenas un puñado de barro o un poco de paja. No caben, por tanto ni vanaglorias, ni vanidades. Porque lo más odioso del hombre es su yo. No cabe el yo, sino el Tú: la puerta que se abre, la madre que acaricia y la lluvia que refresca.
Todo es providencia, decía Luis Guanella. Todo es gracia. Pero la Providencia tiene mil nombres y mil adjetivos que la encarnan y la humanizan. ‘Estoy aquí’ es el susurro y el grito de la Providencia. Tan necesarios cuanto más distraídos, confundidos y extraviados nos sentimos en este mundanal ruido. La Providencia de Dios, para ser descubierta, necesita un instante de atención y una mirada de confianza. Es -nos dice la canción-: flor, beso, niño, madre, trigo, peregrino, pobre, luz, silencio, dolor y poema.
¿Podían faltar acaso ellos en este mapamundi guaneliano de versos y de pentagramas? Buonifigli, benjamines, predilectos, dueños. Personas con discapacidad intelectual. Escándalo, castigo, frustración y vergüenza para muchos. Pero ‘buenos hijos’ en el corazón anchuroso de Luis Guanella. Bellísimo texto y arriesgado. También provocador y herético, que afirma que ‘Y Dios los creó’ en un día de inspiración, igualitos a Él. Enviados al mundo en forma de corazón para enseñar lo fácil que es el amor. Pero para ver esto nos sobran los ojos, la vista y las gafas graduadas. Sólo un corazón entiende a otro corazón.
María es la metáfora de un Dios que quiere ser madre. En medio del ‘hambre, el frío, el humo y los disgustos’ de la vida, ella es ‘María de la esperanza’. Al pie de la cuna y al pie de la tumba, es esperanza. Por el camino del dolor y del cansancio, es esperanza. Para los pobres y para los últimos, ella es esperanza. ¿Y quién no es pobre y último al menos un minuto al día?
‘Somos una familia’ es un canto para tararear cada vez que nos reunimos a trabajar, rezar, comer o descansar. Ya no hay superiores ni acogidos, ni blancos ni negros, ni europeos ni americanos ni asiáticos. Somos una familia. Es un canto de júbilo, pero también una razón para luchar y para vivir. No nos mueven ni las palmas, ni los tambores, sino el ritmo del corazón, porque el corazón sabe llegar a lo más profundo del otro y sanarlo. El camino del corazón es el único que todos pueden recorrer y el que a todos puede alcanzar.
Hubo un niño que de pequeño jugaba a hacer panes de barro para los pobres. Ya adulto y sacerdote, pasó por el mundo haciendo “panes abundantes de trigo y panes abundantes de Señor para los últimos”. Hoy ya está en los altares. El montañés que descendió a este valle de lágrimas a hacer un poco de bien, bien merece estar en la cumbre. Canto para Luis, canta al niño, al hombre, al cura, al santo, al padre, al fundador de ‘chozas para los últimos’. Y le pide, con las manos juntas, con humildad, como se pide a los santos, que nos dé su energía y que nos guíe por la senda de la entrega sin fin.
Juan Bautista Aguado
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Al ritmo del Corazón Sí, así vivió nuestro Luis Guanella,
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Amar sin medida (Juanma)
Yo quiero darte ... Yo quiero darte... |
La fuerza de la debilidad (Alfonso)
¡Qué pobre es el don dinero, Y es que Tú, mi Señor, La fuerza de un niño hambriento, La fuerza de un vacío interno, |
Amigo bueno (Erick) Después de tantos trabajos, Porque Tú: Porque Tú: Después que mis sacrificios |
Contigo (Juanma) ¡Qué difícil se hace caminar ¡Qué difícil navegar sin equipaje, Contigo quiero estar, contigo caminar, ¡Cuánta gente se ha quedado sin palabras Si quisieras navegar en el mismo barco |
Tú eres, Señor, el pan de vida (Alfonso)
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El amor tiene que doler (Alfonso) "El amor, para ser auténtico, (Teresa de Calcuta) |
Olmo (Santi) Solo en mi soledad Y al monte subí ¿Cómo poder distinguir
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Eres un Padre de verdad (Alfonso) Gracias, Señor, Tú eres un Padre
È Dio che fa (Alfonso)
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Todo me lo has dado Tú (Juanma) Todo me lo has dado tú, Como la llama que no arde Como la flecha que es lanzada al horizonte, ahí estás Tú;
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Estoy aquí (Alfonso) Soy la flor y el amor, Soy el monte y el mar, Soy camino y verdad, Soy poema y cantar, |
Y Dios los creó (Santi) Dios los tuvo que crear, Esto sí que es lo que hoy No se quiso complicar Y así los quiso enviar Pero este mundo no ve "Buoni figli" los llamó Y yo que doy vueltas Y yo que doy vueltas
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María de la esperanza (Juanma) Ave María de la esperanza Eres consuelo en la tristeza, Eres el árbol que da sombra, Eres refugio en el sendero |
Strada (Cosme) In un mattino a cielo aperto Strada tranquilla e piana, È strada la mia vita, In ogni tempo devi partire, Strada con colori e luci, |
Camino (traducción) Una mañana despejada Camino tranquilo y llano, Mi vida es un camino, Ponerte en marcha a cada momento, camino vagabundo, |
Somos una familia (Migueli y Andrés) Somos una familia Dios es Padre y es Madre, Hijos de un mismo Padre, Tenemos un gran tesoro, |
Canto para Luis (Francisco y Andrés) Luis desde la tierna infancia Canta el amor del Padre bueno Creció su mirada profunda, |
Gracias Este trabajo quiere ser una pequeña aportación de la familia guaneliana de la Provincia "Nuestra Señora de Guadalupe" de la Congregación de los Siervos de la Caridad a la canonización de nuestro fundador: San Luis Guanella.Un gracias, en primer lugar, a los autores y entre ellos a Migueli por habernos regalado su melodía y su amistad. Gracias a Emilio por sus 400 horas de pasión entre melodías y arreglos y su mujer Ana y sus hijos porque nos han abierto las puertas de su casa y nos hemos sentido en familia en una grabación intensa y entrañable. Gracias a Emilia, Juanma, Santi, Ana, Carlos, Emilio y Juan por regalarnos su voz. Gracias a Bautista, por su introducción maravillosa. Gracias a Jose Manuel y José Ángel por sus trabajos en la composición de este libreto. Gracias a Andrés por promover y hacer posible este proyecto. Y un gracias a todos los que cantando y viviendo estas canciones al ritmo del corazón hacen posible un mundo más fraterno y amoroso. Gracias a Luis Guanella por ser el inspirador de todo esto. |
Arreglos: Emilio Morales (excepto 7 y 12 Juanjo Melero) Solistas y coros: Guitarras: Pablo Morales y Juanjo Melero Flauta: Carlos Arija Fotografía y diseño: Grabado en BDO Estudio Producido por: Andrés García (España)Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Alfonso Martínez (México) Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Santiago M. Antón (México) Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Juanma Arija (Guatemala)Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. |